Reflexiones

De la inspiración

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¿De dónde viene la música, la creación, la inspiración? ¿Qué es lo que siente el músico componiendo? ¿Cómo se hace la música? Aquí tenemos una pequeña reflexión sobre este gran misterio.

Desde el silencio -al piano- el ruido de la mente desaparece.

Los dedos juegan con las teclas y los sonidos, como si de piezas de un puzzle se trataran,

melodías y acordes van encajando

desde el corazón…

Sí, desde el corazón,

es él el guía,

es él el que se inspira.

Marta Vila Boy

Colaboración con Lucía Montero, videoartista

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Hace unos meses la videoartista Lucía Montero eligió uno de nuestros temas para crear un vídeo. Hubo varias sorpresas en el proceso: eligió una obra sinfónica -por alguna razón pensábamos que se decantaría por otro tipo de estilo- y entre todas la escogida fue Aniel’s theme. Una música que para nosotras tiene un significado muy profundo, ya que la compusimos a partir de tres notas que, mientras estaba Marta componiendo, nuestro hijo cantó mientras jugaba. Estas tres notas se convirtieron primero en una improvisación al piano y tiempo más tarde en una pieza sinfónica.

¿Qué podíamos esperar de las imágenes para una música que habla de algo tan específico y tan importante para nosotras? Confiábamos absolutamente en la artista, pero el resultado al principio nos impactó. Hacer cine, se titula el vídeo. Primer visionado, segundo… Es videoarte, no un videoclip que se hace para ayudar a la música. Aquí imágenes y música van de la mano, juegan para llevarte a sitios que la una sin la otra no hubieran llegado… Hacer cine, la energía de muchas personas para crear. Energía, motivación, pero por encima de todo amor. Amor por lo que haces, amor hacia la creación, amor en expansión y en cualquiera de sus formas. Eso es Aniel’s theme, y eso es Hacer cine.

Pasen y vean:

La paradoja del proceso creativo

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Hace más de un año, cuando empezábamos a componer con magam, surgían ideas, pero también dudas, cuestiones que quedaban en el aire, diferentes opiniones sobre las cosas… en definitiva: la paradoja del proceso del creador, que recuperamos de nuestro antiguo blog porque (por suerte) todavía sigue vigente.

 

Cuando imaginas un tema, una música, comienzas a tocar unos acordes… «¡ya está, ya lo tengo! -iré por aquí, por allá…». Como en la vida, una hace sus planes, tiene unas expectativas, un plan aparentemente perfecto para que esas semillas que has plantado crezcan como tú quieres.

Ahí es cuando te atascas; pueden pasar días, semanas, ¡meses! sin que vuelvas a acercarte a esa música… simplemente, te quedas en blanco.

En blanco, tal cual. No te sale, o lo que te sale no te gusta, que para el caso es lo mismo. «Es que yo quiero una rosa roja. Punto». Pues no funciona.

Ni funcionará si sigues acercándote a la música desde el mismo punto, porque componer no se hace desde ahí (o al menos desde donde componemos nosotras), sino desde otro sitio que no manejas, que no controlas y que, aparentemente, no te gusta (porque no es igual que tu plan). Es una lucha constante con una parte del «yo» que se empeña en querer dominar, ser reconocida, tener éxito… Ve despidiéndote, así no te va a salir nada.

Después de algo más de un año componiendo (algo menos compartiéndolo) este rifirrafe sigue igual, cada vez son los mismos personajes que dialogan -o se gritan, como en las «tertulias» de la tele. Haz esto, haz lo otro, prueba algo diferente…

-Espera: ¿algo diferente? Pero YO no lo había pensado así…

-¿Y qué más da? Lo puedes probar igual, ¿no?

-Pero no me gusta…

-¿Lo has escuchado?

-…no…

Ahora hay dos opciones (siempre las ha habido, pero sólo te das cuenta en este momento, después de semanas de obcecarte en lo mismo):

  1. Seguir como hasta aquí, que nos lleva a más semanas de secano.
  2. Abrirte a que las cosas pueden ser de otra manera que ni siquiera te habías planteado.

-Ah… pero eso quiere decir…

-¡Exacto! ¡Que eligiendo la segunda opción las posibilidades se multiplican hasta el infinito!

-Pero…

-¿Qué importa que no sea como tú quieres?

RENDICIÓN. Ahí está la clave.

En cualquier caso y pase lo que pase, lo más paradójico es que, aunque sea TU proceso creativo, LA MÚSICA NO ES TUYA, sino que fluye a través de ti. No somos autoras, somos un cable que une. Aceptando, dejando fluir las ideas, disfrutando del hecho de que la semilla no era de rosa roja, sino de un geranio precioso que ahora te acompaña cada día desde el balcón.

Vega Montero